Sunday, April 26, 2020

LA DECISION DE SUSANA




LA DECISION DE SUSANA


Susana se estremece del frío, atenta espera algún sonido de la calle. Sus ojos completamente abiertos. Frágil, lánguida. A través de la ventana ve como los niños regresan de la escuela, corriendo y sonriendo desprevenidos esperan el cruce del semáforo para atravesar la calle, tal como alguna vez lo hacia ella.

Gira su cabeza como deseando no recordar, pasando la mirada sobre su diario de infancia, su refugio, su desahogo, su aliento en muchos días tristes y sabiendo que no lo llevará a donde va.

La incertidumbre amenaza por un momento su partida, pensando que será de la vida de su padre, su amigo, su guía.

Él mismo la ha llevado a tomar esta decisión, él, ante el temor de lo que pueda pasarle a Susana si descubren la verdad. La esperanza de libertad retumba una y otra vez en la cabeza de Susana, como queriendo olvidar quien es y por qué está aquí.

Sabiendo que no tiene tiempo para perder, y que en cualquier momento los oficiales de Pinochet tumbarán la puerta buscándola, seca las lágrimas tibias y gruesas que bajan por sus mejillas y se acomoda la gabardina.

Al llegar a la estación de tren, aturdida por el ruido de la gente que entre llantos y gritos no la dejan pensar, una sensación de impotencia le roza los pies y le sube lentamente por el cuerpo, hasta sentirla agonizar en su pecho.

Estando lista para subir, Susana decide dar un paso atrás, dejando que varios ocupen su lugar en la fila. Quieta, apacigua, espera que el tren se llene, viéndolo partir y sabiendo que no hay vuelta atrás. 

Susana se ha quedado a luchar.